Algo habitual en cualquier producto audiovisual suele ser el de las escenas descartadas o escenas eliminadas, de hecho, suele pasar que con el tiempo se estrena una “edición extendida” o montaje del director que incluye estas escenas.
Hoy día, tanto en plataformas como en formato físico (DVDs o Blurays) estas escenas suelen venir como extra.
Los motivos de la eliminación de estas escenas suelen ser varios, desde un metraje excesivo, una ralentización del ritmo hasta un personaje que no funciona o aporta poco a la trama.
Muchos actores, algunos incluso de primer nivel, han visto cómo sus apariciones han sido reducidas al mínimo o directamente han sido descartados del montaje original.
Terrence Malick es un habitual de rodar mucho y descartar aún más, incluso en grandes blockbuster de Marvel.
Los personajes han sido totalmente eliminados del metraje final, como Lena Headey en Thor Love and Thunder (2022).
Otro caso similar es el de los finales alternativos, en este caso suele ser algo más debido al estudio que produce que a otra cosa aunque incluso se hace también para despistar y no dejar claro cuál va a ser.
Como por ejemplo los 5 finales de El escondite (2005).
El director Francis Lawrence decía en los comentarios en Constantine (2000) que a la hora de quitar metraje era mejor apostar por quitar a un personaje o una subtrama al completo.
Que ir quitando un poco de aquí o de allá, precisamente eso fue lo que le pasó al personaje de Michelle Monaghan en su película o al de Matthew Fox en World War Z (2013).
En mi caso particular, pocas han sido las veces en las que me he visto obligado a tener que quitar escenas o recortar alguna de ellas.
Si bien es verdad que los primeros montajes que se hacen, tienden a ser más extensos, en las revisiones se suele acortar, pero no es eliminar como tal, más bien ajustar el ritmo.
Como decía, en pocos casos me he visto casi obligado a quitar escenas, me pasó con ZW (2013), película de la que hay dos montajes, uno para que tuviera más ritmo y otro que es tal y como yo veía el proyecto, pero aún así, hay una escena que eliminé.
Ya que me di cuenta mientras editaba, que no hacía justicia a la evolución del personaje y que echaba por tierra su evolución en la trama, dicha escena se cayó del montaje final y sinceramente, fue la mejor decisión.
En otra ocasión, para dejar en un ajustado metraje de 15 minutos, en el cortometraje El viento (2021).
Eliminé una pequeña escena, que aunque tenía una gran actuación por parte de la actriz protagonista, Tania Serrano, era la escena más “prescindible” de las que había grabado.
Afortunadamente, en mi caso, las escenas que me he visto obligado a quitar definitivamente del montaje.
No son escenas necesarias para el desarrollo de la historia ni de los personajes.
Puestos a quitar, lo mejor es hacerlo con aquellas partes que, por muy bonitas que sean, no aportan mucho a la historia que estamos contando.
Juan José Patón
Profesor de Realización y Producción